martes, 27 de abril de 2010

Últimamente se muere todo el mundo. No me preocupa demasiado, solo es un hecho como otro cualquiera. El caso es que con la coña, me conozco todos los tanatorios de Madrid. Los hay muy cutres y menos cutres pero todos son horteras -o kirsch quién sabe-. Lo único positivo es que me conozco el menú de todos, y por muy triste que parezca añoro el bocadillo de atún y pimientos del tanatorio de San Isidro. Es el mejor de todo Madrid. ¡Qué ganas tenía de volver a verte!

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